Asociación
Latinoamericana de Sociología
PRE-ALAS PERÚ 2015
Mesa 39: Medios de Comunicación y
Globalización Cultural. 05/08/2015
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Las ideas de cambio
social del año 1973 en las críticas a la película “De nuevo a la vida” de
Leonidas Zegarra Uceda.
Jorge Luis Villacorta Santamato
En el marco del capitalismo mundial, el Perú es
un país capitalista retrasado y dependiente. Como el capital es un sistema
socioeconómico de propiedad privada de medios de producción, la clase
capitalista organiza el trabajo de la sociedad para maximizar su propio
beneficio, al margen de los intereses de otras clases. La conciencia de esta
situación en las clases sociales marginadas puede servir de incentivo a la
lucha política organizada contra el capitalismo, por lo cual el sistema
capitalista desarrolla una intensa guerra en el campo de la conciencia social
de modo que se minimice la presencia de ideas potencialmente desestabilizadoras
de sus intereses entre los miembros de todas las clases. En la división del
trabajo a nivel mundial, los países dependientes y retrasados respecto de los
países de capitalismo desarrollado son presionados para que no cobren
conciencia de su situación de dependencia. Para lograrlo, en todos los campos
relacionados con la ideología se imponen modelos que ignoren, deformen o
justifiquen la situación sin enjuiciarla negativamente.
Estas políticas son elaboradas con plena
conciencia desde los centros de poder capitalista transnacional. Como ejemplo
de una intención de dominación planificada nos remitiremos al Anexo “B”
correspondiente al Programa Doctrinal de Estados Unidos de Norteamérica, PSB
D-33. del 29 de junio de 1953. El Programa Doctrinal fue elaborado por el
Consejo de Estrategia Psicológica y el Anexo “B” tuvo una circulación
restringida dada la naturaleza de las tareas que la Agencia Central de
Espionaje Estadounidense (CIA, según sus siglas en inglés) debía cumplir en el
extranjero. El objetivo de dichas tareas era la guerra doctrinal a nivel
mundial para que prevaleciese la correspondiente al capital estadounidense. Los
apartados (b) y (d) del documento desclasificado el 19 de diciembre de 2013
indican:
(b) Infiltrar individuos en asociaciones y
organizaciones extranjeras con potencial doctrinario (periódicos,
universidades, etc.) para influir sus acciones y resultados.
(,,,)
(d) Interferir en la promoción y distribución de
material doctrinal hostil.
Tenemos que entender a la luz de este
documento, que EE.UU. ha estado en guerra doctrinal con otros países al menos
desde 1953. Mientras oficialmente se promueve la idea del libre mercado por
ejemplo en el campo del cine
a la vez y de modo encubierto se infiltra y sabotea cualquier otra iniciativa
política que se aparte de su programa doctrinal.
En los EE.UU., a las narraciones
cinematográficas se les ha concedido un estatus importante dado que son capaces
de ejercer una fuerte influencia propagandística. El académico Peter Decheney
explica en su libro “Hollywood y la Élite de la Cultura: Cómo Las Películas
Devinieron Estadounidenses” cómo la “élite de la cultura” en EE.UU. se puso de
acuerdo para darle carácter legítimo a las producciones cinematográficas de
dicho país. En esta “élite de la cultura” considera a los profesores
universitarios, curadores de museos, filántropos y burócratas gubernamentales.
Sin embargo deja de lado a la Comunidad de Espionaje Estadounidense (U.S.
Intelligence Community) quien es la principal administradora de las
producciones cinematográficas
Pero esto nos sirve para reconocer la coordinación política que existe entre
ámbitos como la academia, el mundo del arte, la burocracia gubernamental, los
“mecenas” capitalistas y el aparato de seguridad nacional con relación al cine
estadounidense.
Con esta visión general del control ideológico
ejercido sobre el cine por el capitalismo estadounidense, podemos remitirnos al
caso de las críticas realizadas a la película “De nuevo a la vida” de Leonidas
Zegarra Uceda, el año 1973 en el Perú. Si el capitalismo necesita un aparato
militante de control ideológico, la nuevas ideas de cambio social en el Perú
por aquellos años también necesitaron su propio aparato de control ideológico,
con militantes atentos a los contenidos de los filmes. Observar las particularidades
del fenómeno nos permitirá comprender mejor qué estrategias argumentales y qué
medios de difusión de sus ideas utilizaron
los actores sociales con intereses distintos en aquellos momentos de tensión
política para intentar hacer prevalecer sus puntos de vista.
El contexto ideológico
de la época
En los 60’s la acción política de los
sindicatos campesinos en el Cusco, con sus acciones políticas tales como
huelgas, tomas de tierras, resistencia armada a la represión y su decreto de la
Reforma agraria fue un ejemplo que comenzó a extenderse por el país y forzó a
los militares peruanos a hacerse del aparato estatal para poder mantener el
control del estado peruano.
El “Plan del Gobierno Revolucionario de la
Fuerza Armada”, con fecha 3 de octubre de 1968 y dado a conocer el 28 de julio
de 1984 con ocasión del Aniversario 153 de la Independencia Nacional,
también conocido como “El Plan Inca”, señala:
Esta Revolución será nacionalista,
independiente y humanista. No obedecerá a esquemas ni dogmas. Sólo responderá a
la realidad peruana.
Será nacionalista,
por estar inspirada en los altos valores de la Patria, en los intereses del
pueblo peruano y en nuestra propia realidad; independiente, por no estar ligada a ideologías existentes,
partidos políticos, o grupos de poder y porque luchará contra la dependencia; y
humanista, porque considera la
realización plena del hombre dentro de una comunidad solidaria, cuyos valores
esenciales e inseparables son la justicia y la libertad.
El plan cuenta con 31 apartados en los cuales
describe situación, objetivos y acciones.
En el punto 24, “Libertad de Prensa” afirma:
a. Situación
(1) En el país no
existe libertad de prensa, sino libertad de empresa.
(2) Los órganos de
prensa están en manos de familias y grupos de poder.
(3) Se recorta,
silencia o destaca la información de acuerdo a los intereses de los dueños de
los órganos de prensa.
(4) Se atenta
impunemente contra la moral y contra el honor de las personas e instituciones.
(5) Se permite que
extranjeros tengan la propiedad y gestión de órganos de prensa.
Y en su punto 25, “Participación de la
Población”, establece:
b. Objetivo
Participación
activa y libre de todos los hombres y mujeres en las actividades que requiere
el desarrollo nacional, sin la influencia de ideologías importadas.
En su Mensaje a la Nación del 28 de julio de
1970, el General de División Juan Velasco Alvarado, Presidente de la República
del Perú, explica que la revolución nacionalista peruana no toma por modelos ni
al capitalismo ni al comunismo. En su discurso del 28 de julio de 1971 hace
referencia a una “democracia social de participación plena” y al Sistema
Nacional de Apoyo a la Movilización Social (SINAMOS), creado en junio de 1971.
Hay que tener en cuenta que estas posiciones políticas
son asumidas en un momento en el cual el prestigio de la revolución cubana, los
triunfos económicos de la Unión Soviética y la guerra contra EE.UU. por parte
de los vietnamitas influye sobre la opinión pública mundial.
Los estudios de comunicación social a nivel
latinoamericano aumentan su conciencia contra la acción imperialista de Estados
Unidos. En junio de 1972 el Ministerio de Educación no concede la licencia para
su difusión al programa “Plaza Sésamo” por cuanto su concepción de la educación
difiere totalmente de los objetivos establecidos por la Reforma de la educación
en el Perú.
En diciembre de 1973, Textual No 8, Revista del Instituto Nacional de Cultura,
publica entre otros artículos “Los Picapiedra, Aliados del Imperialismo.
Imperialismo y Medios de Comunicación de Masas” del investigador Gorki Tapia
Delgado”.
“De nuevo a la vida”,
la revista “Oiga” y la revista “Hablemos de cine”.
En la página 11 de la edición No 493 del 22 de
setiembre de 1972 de la revista “Oiga”, Francisco Igartua, director y fundador,
en su sección editorial “Carta al lector”, bajo el título “En el cauce
socialista”, escribió un texto encomiástico al proceso revolucionario peruano
en el cual afirmó que estaba inscrito en la corriente general del socialismo.
De su lectura queda en evidencia la simpatía del director por el sistema
socialista y la línea política del Gobierno Revolucionario:
(…). ¿Nuestra
defensa activa frente a los Estados Unidos nos podría hacer descubrir nuevos
matices en el socialismo, así como Yugoslavia dio con la autogestión – muy
celebrada como concepción por los más lúcidos teóricos socialistas – en medio
de su tenso enfrentamiento a la URSS? No es imposible esto último y día que
pasa van clarificándose las particularidades de nuestra revolución. Ya no sólo
se puede hablar – y vagamente – de humanismo y de pragmatismo militar. El
proceso peruano es definitivamente un socialismo humanista, abierto a la
pluralidad y desarrollado en libertad. Es pluralista porque rechaza el
dogmatismo y el partido único, porque se ha colocado en la vereda opuesta al
totalitarismo, y es humanista porque aspira a hacer del Hombre centro de la
atención del Estado y no su instrumento. Es un proceso libre porque deja
abierta las posibilidades de expresión a todas las tendencias y no teme – hasta
ahora – a la crítica; al contrario, la reclama y la estima fecunda. Y es
socialista porque los medios de producción en el Perú ya no serán privados.
Será el Estado, en representación de la sociedad o los trabajadores mismos los
que se harán cargo de ellos.
Este texto es importante para nuestro estudio
pues indica las simpatías políticas de la revista “Oiga”, que es la que publica
en las páginas 39 y 40 la crítica a la película “De nuevo a la vida” redactada
por Desiderio Blanco, en su número 519 del 6 de abril de 1973, y a la vez
publica en las páginas 5 y 56 del mismo ejemplar una misiva en la que un grupo
de firmantes “analizamos el pretendido
mensaje de la película nacional “De nuevo a la vida”. Estos firmantes son
siete: Mario Pozzi-Escot, Juan Cuadros B., Fausto Espinoza, José de la Puente,
Jorge Suárez Rivas, Alicia de Pozzi-Escot, Lola de Suárez. Estas dos críticas
recurren al ideario revolucionario para su análisis. Posteriormente, en el
número 522 del 27 de abril de 1973, la revista “Oiga” en sus páginas 4 y 46
publicaría una misiva del literato y cineasta Felipe Buendía, quien defiende la
película y critica a las críticas anteriormente publicadas.
Es perfectamente lógico que una revista tenga
colaboradores que coincidan ideológicamente con su propia línea política y
conceda espacio preponderante a las ideas que apoya. Mencionamos esto porque en
su número 521, del 19 de abril de 1973, en las páginas 36, 37, 38, 39 y 40 la
revista “Oiga” publicó una conversación entre Alfredo Barnechea, Isaac León y
Desiderio Blanco en su sección “En la cultura” titulada “Isaac León y Desiderio
Blanco. Del Cine y Su Crítica”. Y es el caso que Isaac León Frías, director de
la revista “Hablemos de cine”, es quien también realiza ese año una crítica a
la película “De nuevo a la vida” que tiene una base ideológica común con el
discurso del gobierno revolucionario. La entrevista se publica con ocasión de “la reciente exhibición de una nueva película
peruana, así como la dación del reglamento de la Ley de Cine”. Por las
fechas parece una referencia clara a la película “De nuevo a la vida”.
Tampoco puede desconocerse la simpatía que la
revista “Oiga” sentía por la revista “Hablemos de cine”. A comienzos de ese año, en su número 507 del
12 de enero de 1973, publica en su sección “Diario de diarios”, página 37, lo
siguiente:
HABLEMOS DE CINE ha
marcado toda una época en materia de crítica cinematográfica en el Perú. Puede
decirse, incluso, que con ella nace una crítica que supera la superficialidad y
el impresionismo reinantes. A principios de 1965, se decide sacar esa revista,
primero a mimeógrafo, para después de 21 números hacerlo a imprenta. En sus
páginas se ha registrado no sólo lo más importante del cine mundial,
entrevistas a autores, filmografías integrales, estudios amplios sobre alguna
obra en particular, sino que sobre todo, ha sido – y es – una guía excelente
sobre el cine nuevo latinoamericano. Recientemente, con un retraso de casi
medio año, acaba de ponerse en circulación el No 64 de H. de C. Trae un amplio
dossier sobre cine cubano con entrevista a Octavio Cortázar, nota de Mario
Tejada sobre el cine documental peruano, y una historia del cine cubano, debida
a Augusto Torres y Manuel Pérez Estremera. El número incluye una interesante entrevista
a Bertolluci, el realizador de El
conformista, película que se comenta también en sus habituales secciones
sobre las películas estrenadas en Lima. El considerable retraso de esta
edición, hace temer a muchos lectores de esa excelente revista por su futuro.
El aporte brindado a los aficionados y estudiosos del cine en el Perú, exige
que la labor de Hablemos de Cine
continúe.
La revista “Oiga” también había anunciado el
estreno de “De nuevo a la vida”. En su ejemplar 517 del 23 de marzo de 1973, en
la página 34, bajo el título “Estrenos” publicó:
De nuevo a la vida
(Imperio, Ritz, Visión, Latino, Ollanta): Película nacional que enfoca el
problema de los campesinos que llegan y vegetan en los alrededores de nuestra
ciudad, teniendo como destino la miseria, la delincuencia y la prostitución.
Intérpretes: Jorge Wilder, Teresa Rodríguez, Camucha Negrete, Jorge Montoro.
Autor y director: Leonidas Zegarra Uceda.
La revista “Hablemos de cine” dirigida por
Isaac León Frías, a su vez, dos años antes, en su ejemplar No 58 de marzo –
abril de 1971, también había anunciado en su sección “Cine de aquí y de allá”,
bajo el título “Pálidos resuellos en el cine peruano”, que se encontraba en
elaboración la película “De nuevo a la vida”. En la página 4 de aquel ejemplar
se puede leer:
5) La quinta
película corresponde a un esfuerzo inédito: el de Leonidas Zegarra, egresado
del Programa de Cine y Televisión de la Universidad de Lima, quien en una tarea
de hormiga recolectora ha ido financiando paso a paso la filmación de De nuevo a la vida, ahora en proceso de
laboratorio. La película está protagonizada por la modelo Camucha Negrete y por
Manuel Miró Quesada.
Podemos reconocer que se le concedió una
oportunidad a la película y podemos pensar que fue juzgada con justicia bajo
los lineamientos de los ideales de la política estatal de la época.
Desiderio Blanco escribió en su crítica en la
revista “Oiga”:
Lo que Zegarra
quiere decir con esta película puede ser muy valioso; pero está tan desfigurado
por la formalización que ha logrado, que resulta ridículo cuando no estulto. La
presencia del santón en medio de esta ciudad de mierda constituye una
pretendida conciencia crítica que no llega a funcionar por falta de
integración. Y su función queda totalmente desfigurada con la intervención
final, de carácter mesiánico, que maldita la ayuda que aporta a los postulados
del actual gobierno revolucionario y a su política agraria.
Como puede leerse, parte de la propuesta
narrativa de “De nuevo a la vida” es evaluada por su carácter político, dado
que “maldita la ayuda que aporta a los
postulados del actual gobierno revolucionaria y a su política agraria”.
Además, Desiderio Blanco comenta el filme en
relación a la Ley de Fomento a la Industria Cinematográfica, pues agrega:
No quiero vincular
este subproducto del cine con el nuevo reglamento de la Ley de Fomento a la
Industria Cinematográfica. Pero si hubiera de pensarse que este tipo de
películas va a ser fomentadas por la reciente ley de promoción cinematográfica,
el panorama futuro que espera al cine nacional es demasiado negro.
Para terminar su artículo Desidero Blanco
recomienda “actitudes distintas para
acercarse a la realidad nacional” y distancia a Leonidas Zegarra de los
docentes que lo entrenaron en la Universidad de Lima. Por supuesto, es
interesante observar que la Universidad de Lima era un centro de estudios
privado, en el cual había que pagar sumas de dinero fuera del alcance de la
mayoría para recibir enseñanzas (y que fueron pagadas por la familia de
Leonidas Zegarra gracias a que su hermano y su padre eran copropietarios de una
fábrica de medias). Y resulta contradictorio que un egresado de esa universidad
vinculado a la propiedad de una fábrica sea estimulado a seguir las políticas
gubernamentales dirigidas a reducir la propiedad privada de medios de
producción. La crítica concluye del siguiente modo:
Como ex alumno del programa de cine de la Universidad
de Lima, Zegarra no ha respondido a las esperanzas de sus profesores y
maestros. Si bien es cierto que técnicamente se aprecia cierta habilidad para
la imagen (en este caso, los colaboradores técnicos deben de tener mucha parte
en su responsabilidad), no se llega a percibir la nueva orientación que en la
Universidad hemos tratado de inducir todos los que en ella trabajamos. Era aquí
donde Zegarra debería manifestar actitudes distintas para acercarse a la
realidad nacional. Si algo hemos intentado en cada una de las enseñanzas
propuestas, ha sido la superación de los esquematismos facilones y la
penetración en los diversos aspectos de la realidad que llamen la atención de
los jóvenes realizadores. Si estas inquietudes no han sido recogidas, nuestros esfuerzos pueden
considerarse fracasados. Esperamos que las nuevas promociones desmientan esta
sensación.
Se aprecia que existe en el autor conciencia de
la importancia de las políticas gubernamentales y de su reflejo ideológico en
las películas peruanas de ese momento. Adicionalmente, la misiva enviada a
“Oiga” por el grupo espontáneo de analistas cinematográficos se expresa en los
siguientes términos:
Como si no bastase la enorme lista de adefesios que se
han realizado en el país con el nombre de "cine peruano" (Embajador y
yo, Tayta Cristo, Bromas S.A., Nemesio, Operación Ñongo, Interpol llamando a
Lima, Simplemente María, Natacha, el Cholo, etc.) asistimos en estos días a la
proyección de un verdadero engendro reaccionario de un joven que egresa de la
Universidad de Lima y que jactanciosamente declara en la Conferencia de Prensa
de "De nuevo a la vida", que no le interesa ganar tres o cuatro
festivales, sino a lo más realizar tres o cuatro filmes cada año. "Soy un
convencido de que el cine debe dar un mensaje, pero un mensaje que produzca
recuperación e incremento económico, en tal sentido yo hago cine con mensaje,
pero cediendo un poco para su recuperación".
¿A qué mensaje se refiere?
¿Ante quién cede para su recuperación?
Se observa el lenguaje político de los autores
al calificar a la película de “verdadero
engendro reaccionario”. A continuación dividen su exposición en cinco
partes: Reforma Agraria, Subempleo – Ayuda extranjera, Valores culturales –
desvirtuación del campesino, Religión, Recuperación económica. Para apoyar sus
argumentos hace referencia a “De la Puente, Héctor Béjar, Javier Heraud,
Hugo Blanco, Guillermo Lobatón, el mismo Che Guevara”. En el apartado
“Subempleo – Ayuda extranjera” se señala:
Subempleo, Ayuda extranjera.-Dentro de la burguesía nativa que consume en el
restaurant "Haití", Mariacha (Teresa Rodríguez) la campesina al borde
de la mendicidad vaga ofreciendo el billete de lotería con que se salvaría a su
esposo enfermo. Zegarra hará que sea un extranjero el que precisamente lo
compre, perpetuando la imagen del gringo generoso y bonachón que los yanquis
han logrado crear gracias a sus medios de penetración ideológica. Cuando la
verdad es cruda y distinta: 5 dólares invertidos contra el crecimiento de la
población, son más eficaces que 100 dólares invertidos en el crecimiento
económico Lyndon B. Johnson. "En América latina resulta más higiénico y
eficaz matar a los guerrilleros en los úteros que en las sierras y en las
calles" Robert Mc Namara.
En “Valores culturales – desvirtuación del
campesino” indican:
La mentalidad reaccionaria de Zegarra ha producido un
campesino castrado y torpe desvirtuando su raíz ancestral; el propósito es mal
intencionado. perpetuar la imagen estereotipada por la burguesía nativa
interesada en explotarlo sirviendo intereses foráneos. Y es tan cierto que
existe identificación de clase como que ya en el año 1938 se fundó el primer
sindicato campesino, llegando a su máxima combatividad en los años sesenta: La
Convención, Cerro de Pasco, etc.
Se reconoce una conciencia política
desarrollada e informada que enjuicia directamente al autor de la película.
Para concluir, el artículo declara:
Creemos: que al artista latinoamericano debe
exigírsele compromiso. Compromiso sin ceder nada a recuperaciones económicas.
Su militancia vale tanto, tiene tanta importancia como su obra, pues la
revolución de un pueblo es un proceso que comienza mucho antes de la toma del
poder y se proyecta más allá de ella. Nada de arte para consumo de una clase
que todo lo comercia, que todo lo convierte en un producto más del mercado de
compra y venta. No hay revolución con artistas aislados que no encaran
valientemente la realidad de sus problemas.
También se previene contra el uso de Ley de
Promoción de la Industria Cinematográfica por parte de las burguesías locales
para explotar al pueblo y se denuncia a los medios de comunicación que apoyan a
“De nuevo a la vida”. El texto es un ejemplo de militancia espontánea,
cultivada y decidida.
La misiva de protesta que envía a la revista
“Oiga” Felipe Buendía examina críticas aparecidas en “Expreso”, “El Comercio” y
la misma revista “Oiga”. Respecto de la actitud frente a “De nuevo a la vida”
escribe::
La actuación de Wilder Cervantes y de los dos
chiquillos es sorprendente. Hace poco vi Nido de ratas de elia Kazan. No
resiste, ha envejecido la película y la actuación es acartonada, reiterativa, cursi
y baladí. ¿Dónde está la diferencia? Este film de antología de los críticos es
más inverosímil y débil que el de Zegarra. ¿Por qué encarnizarse con el joven
cineasta y paternizarlo? ¿Por qué no lo dejan trabajar tranquilo? Una cosa: el
público sale encantado. Los únicos que rajan son los "entendidos".
¿Pero qué "entienden"? ¿Son insensibles al efecto audiovisual y
musical de esta película? ¿Dónde, dónde por los clavos de Cristo tienen la
sensibilidad y la ponderación? Ya los artículos contra el film huelen a
gazmoñería y rencor alarmista.
Se observa que el autor se refiere más a la
forma de la película y mucho menos o nada a su contenido político. Para concluir dice:
... Se puede disentir o deplorar de una obra ¿pero
abusar del cochineo y la bilis? ¡Qué beatitud luego! Los oficiosos y chismosos
con la cuartilla recortada en el bolsillo, encantados. "¿Has leído?... le
han sacado la M... a fulano"... ¡es que ya da asco este sistema
lapidatorio, criollito y vulgar!... Otro fracaso titulan para el film de
Zegarra.
La verdad
es que es otro fracaso de la crítica. Esa crítica que se arrodilla entre lo
aparencial y consagrado y ni tan sólo tiene la virtud de ser sincera.
Es evidente que la visión del autor sugiere que
los críticos tienen motivaciones e intereses distintos a los que manifiestan.
No menciona en ningún momento la tendencia política del gobierno y tampoco
parece que le sea importante para juzgar la película.
Por su parte, Isaac León Frías, en su crítica
aprecia tanto “De nuevo a la vida” de Leonidas Zegarra Uceda como “Cholo” de Bernardo Batievsky.
Cholo, por su parte, no tiene posible semejanza con nada,
lo que no significa que se asome en Batievski el menor don de originalidad: en
todo caso, la originalidad de Batievsi se limita a transponer los muros de la inexpresividad
de las actuaciones de los films de Bresson (y perdonen algunos esta herejía), a
utilizar ochenta y tantos congelados, anulando todo resquicio de posible acción
fílmica y a realizar una de las películas más inútilmente soporíferas que
hayamos visto nunca. Y, lo que es peor, todo ello dentro de una "buena
conciencia" burguesa reflejada de la forma más prístina posible, que nos
debe llevar a analizar las formas ideológicas que inconscientemente asumen
muchos representantes de la burguesía dominante en nuestro país.
De nuevo a la vida, por su parte, sería la película de la "mala conciencia" por
excelencia, si no fuera tan ingenua, insustancial y "catártica". Si
para Batievski no hay conflicto de clases en el Perú (inconciencia ideológica
planteada con una convicción realmente conmovedora), Zegarra formula su visión
del conflicto de clases en una forma ideológica reconfortante y
tranquilizadora: el panfletarismo miserabilista y melodramático más desaforado
y, a la larga, más mixtificador y conformista. Y todo ello dentro de la misma
impotencia creadora que Zegarra por exceso y Batievski por defecto elevan a un
grado pleonástico.
Se identifica la politización del
escritor. Hace un juicio político de los argumentos de “Cholo” y “De nuevo a la
vida” desde la perspectiva del “conflicto de clases en el Perú” y demanda en
“De nuevo a la vida” un carácter distinto al que describe como “el
panfletarismo (…), a la larga, más mixtificador y conformista”. Podemos asumir
entonces, que exige una posición que muestre la realidad tal como él la
concibe, con conflicto de clases, y que el mostrar tal realidad induzca a los
espectadores a sentirse inconformes. Si esto es así tendríamos que pensar que
se refiere a un cine agitador. Si se lee el texto completo en donde se menciona
a “Cholo” y a “De nuevo a la vida”, se notará la importancia que el crítico
concede a la ideología pues por ejemplo escribe:
Natacha es
perfectamente asimilable al grueso de la producción mexicana melodramática de
serie, con los mismos patrones sensibleros de siempre, con la misma ideología
absolutamente venal y, lo que no es curioso, sin la habilidad y el oficio
manipulador de los sentimientos del público del que en otros tiempos hizo gala
Tito Davison.
Dada la posición política que ya
tenía ante el melodrama, la película “De nuevo a la vida” se encontraba en una
situación desventajosa de inicio. En el artículo también se hacen observaciones
relativas a la ley de cine:
(…) Sólo queda ahora esperar que el criterio de los miembros
de la comisión de promoción cinematográfica, cuyas atribuciones son realmente
importantes, pueda por lo menos atenuar los riesgos de una legislación que,
lamentablemente, no está inspirada en los postulados socialistas y libertarios,
y su consecuente formalización económica, que progresivamente se van
clarificando en la marcha del actual gobierno.
No es que nos opongamos a una implementación de
la infraestructura necesaria para la construcción de una industria fílmica
nacional, como alguien ha insinuado maliciosamente. Nos oponemos sí, a que esa
implementación se lleva a acabo por los canales exclusivamente capitalistas,
con todas las consecuencias que eso trae consigo en una actividad que supone
inversiones cuantiosas: tendencia a la concentración en grandes productoras,
marginación de los pequeños productores, inclinación al cine más rentable...
(…)
En el texto se manifiesta su
consideración por “los postulados
socialitas y libertarios”.
Al término del artículo Isaac
León Frías expresa su empeño en la construcción del “socialismo humanista”.
Todo lo
anterior, no obstante, no debe llevarnos a una posición que fomente la
inactividad. Todo lo contrario. Hay que aprovechar las ventajas ofrecidas por
la legislación para intentar hacer un cine peruano acorde con el momento
histórico que el país vive, y no dejarnos arrastrar por el escepticismo de una
ley nada revolucionaria, como reconoce Hugo Neyra, cuando en el número 2 de la
revista Participación (órgano de SINAMOS) dice en su artículo "El poder de
informar", concluyendo un breve análisis de la situación de la
producción cinematográfica en el país: "La ley de cinematografía parece
reforzar esta tendencia al cine de lucro y competición comercial". Juicio
emitido antes de la promulgación del reglamento que no ha hecho más que
eliminar toda posible duda que podía existir en torno a los términos de la ley.
Pero, insistimos, la lucha no está perdida y el revés inicial, lejos de ser un
motivo de desánimo, debe fomentar una actitud positiva y activa. Dentro de los
márgenes que la ley ofrece, o fuera de ellos, hay que batallar para que el cine
peruano comunique "nuestra realidad y nuestra cultura" y no sea
"una posibilidad limitada a determinados sectores". Sólo así
serviremos a la construcción del socialismo humanista en el que muchos estamos
empeñados.
Queda en evidencia entonces, que
la película “De nuevo a la vida” generó un interés previo a su estreno, fue
vista y apreciada a favor y en contra dependiendo de la posición ideológica de
los críticos. Un sector de estos críticos tenía un compromiso con el ideario
político que se difundía desde el gobierno en ese momento y utilizaron las
revistas “Oiga” y “Hablemos de cine” para expresar sus ideas. Ambas revistas
compartían la posición difundida desde el gobierno.
En su autobiografía no publicada
, el
cineasta Leonidas Zegarra Uceda señala que a partir de la campaña contra su
largometraje, se prohibió su exhibición por siete años. Esto lo llevó a viajar
a Bolivia y exhibir allí “De nuevo a la vida”.
Con los ingresos obtenidos en Bolivia regresó al Perú y creó el primer
laboratorio de revelado de cinta de cine, gracias a lo cual pudo realizar 40
cortometrajes documentales relativos a la cultura. El cineasta indica respecto
a la revista “Hablemos de cine”
:
Durante los 3 años que fui a la universidad Desiderio
Blanco e Isaac León editaron la revista “Hablemos de cine”, de tendencia
comunista, desde donde ellos destruían a cualquiera que se atreviera a hacer
una película que no apoyara esta causa política. Tuve que aceptarlo.
En las fuentes consultadas,
aparte de la autobiografía de Leonidas Zegarra Uceda, no se encuentra
referencia adicional a un hecho que puede comprobarse observando la película
“De nuevo a la vida”: el terrateniente se llama “Isaac” y su capataz se llama
“Desiderio”. Y esto nos lleva a formularnos la siguiente pregunta: ¿hasta qué
punto habrá influido esto en las críticas realizadas a la película “De nuevo a
la vida”?