LA CASA MUSEO LEONIDAS ZEGARRA Y LA PRODUCCIÓN ARTÍSTICA CINEMATOGRÁFICA, SU CONSUMO, SU CRÍTICA Y SU CONSERVACIÓN.
Fernando Alonso Gutiérrez Cassinelli
El contexto
En esta ponencia voy a dejar constancia de un fenómeno museológico que se viene gestando desde el año 2010 y que en el contexto social específico que se presenta exige que se le estudie para permitirnos entender la relaciones entre la producción artística, su consumo, su crítica y su conservación en el momento contemporáneo.
El fenómeno museológico es el proyecto de la Casa Museo Leonidas Zegarra. Desde el nivel de pensamiento de la vida cotidiana, un museo es una entidad formal, que canoniza a nivel social y académico los objetos que forman parte de su colección y los temas a que dedica su interés. El museo refrenda la importancia comunal de un fenómeno social determinado que deja su huella física en la historia. Por tanto, dedicar un museo a la obra de un artista es tanto un indicador de estatus elevado como un generador del mismo. Al existir en los miembros de una comunidad un concepto y una tradición de museo, todo aquello que proponga el museo potencialmente pasa a formar parte de tal concepto y dicha tradición. En nuestro país, el Museo de Sitio en las excavaciones arqueológicas es una presencia indispensable a lo largo y ancho del territorio. Las instituciones militares también conciben museos que reflejen el carácter insustituible de su función en la vida nacional. La Marina de Guerra del Perú en su página electrónica oficial muestra orgullosa la existencia de siete museos navales y ofrece la opción de un recorrido virtual (https://www.marina.mil.pe/ page/museosnavales). El Ejército y la Fuerza Aérea mantienen y administran sus propios museos. Si pensamos en el arte las pinacotecas son las primeras que vienen a nuestras mentes y podemos percatarnos de la energía sancionadora que poseen. El Museo de Arte de Lima (MALI) anunciaba en su página electrónica el dos de noviembre de 2014 (http://www.mali.pe/coleccion. php):
“(…), a través de una activa política de adquisiciones y de donaciones, el MALI se ha constituido en la primera pinacoteca del país y en el más completo acervo de la creación artística en el Perú”.
Al establecer que es “la primera pinacoteca del país y el más completo acervo de la creación artística del país” el MALI demuestra la alta estima en que tiene su propia actividad, además de extraordinaria confianza en su capacidad de determinar y adquirir una muestra representativa de aquello que constituye la creación artística. Del mismo modo que los museos de las Fuerzas Armadas pueden determinar y sugerir, con carácter casi normativo, qué elementos de su área de acción deben considerarse como parte de una historia peruana oficial, el MALI intenta trazar una línea que determine qué es aquello que corresponde a la creación artística (es decir todo aquello que queda dentro de sus posibilidades de acción como institución) y aquello que no puede clasificarse como tal (el riquísimo campo de fenómenos que escapa a su capacidad de gestión institucional).
Mi intención al realizar esta descripción es hacer visible por un breve momento el contexto cultural en el que funciona el museo y las implicaciones políticas de su existencia para luego comprender qué posibilidades de interacción social genera el proponer una casa museo dedicada al cineasta Leonidas Zegarra Uceda.
Desde una mirada más amplia de las ciencias sociales y la filosofía, hay que recordar que para Louis Althusser la cultura, entendiendo por esto a las bellas artes, las letras, los deportes, es un Aparato Ideológico del Estado. Lo que aplicado a nuestro caso nos recuerda que tanto los museos de sitio, como los museos navales, como el Museo de Arte de Lima están refrendados por el poder del Estado. Esto es importante en cuanto que tras esas propuestas museísticas existe un poder físico real, el poder del aparato estatal, lo cual agrega un carácter más impositivo a esas sugerencias que muestran qué piezas deberían formar parte de la historia nacional en el campo militar, en el arqueológico o en el de la creación artística. La fuerza estatal hace aparecer a la propuesta casi como una directriz. Y este fenómeno nos recuerda que la Historia se construye mejor cuando se cuenta con un aparato político y militar que la defienda porque así resiste mejor a sus críticos y a sus visiones alternativas. Aún quienes la redactan y seleccionan sus objetos representativos, pueden estar aprobados por el Estado, si cuentan con diplomas otorgados por él, como puede suceder, por ejemplo, en el área de la Historia del Arte.
Al igual que un niño que se enfrenta a unos padres que son cuatro veces más altos, tres o cuatro veces más pesados y que poseen mucha más fuerza física y voluntad real que él, nuestro compatriota que visita un museo estatal se enfrenta a una maquinaria propagandística que por muchos medios le propone (o llega a imponerle) una visión de la historia y de la creación artística. Lo cual es bueno desde el punto de vista de ciertos intereses sociales porque genera un orden reconocible y activo que intenta normar a toda una sociedad. Ésta es la tradición en la que tiene que desenvolverse el proyecto de la Casa Museo Leonidas Zegarra.
La colección de la Casa Museo Leonidas Zegarra
Aunque en el año 1933 los nazis prohibieron la venta del libro de Rudolf Arheim titulado “El cine como arte” en nuestro contexto nacional es aún seguro para la integridad física personal pretender que el cine es un arte. Si esto es así, el cineasta puede ser, o es, un artista. Y si Leonidas Zegarra Uceda es cineasta, entonces es un artista.
Aunque lo precedente pueda parecer sencillo de entender, surgen interrogantes válidas a las cuales hay que prestar atención, por ejemplo: ¿qué convierte a un largometraje en arte?, si el largometraje es arte ¿quién es el responsable de esa obra? Dos preguntas sencillas que necesitan aclaraciones, porque como para distintos consumidores de la pieza cinematográfica las condiciones para aceptarla como arte pueden ser distintas, entonces surge la necesidad de delimitar los lineamientos que el proyecto de la Casa Museo Leonidas Zegarra sigue para identificar a Leonidas Zegarra Uceda como artista y para crear una colección que mostrar.
Debo partir por enunciar mi propio juicio. Yo pinto. Y realizo otras actividades plásticas. Me interesa crear piezas para el mercado del arte. Estoy en el sistema capitalista y esto me convierte en un productor en un sistema en el que el Estado recibe un porcentaje por la venta de una de mis piezas y la galería que exhibe otro porcentaje semejante. Del monto resultante debo cubrir el costo de producción que incluye mi fuerza laboral. Yo sé, por mi experiencia, que la creatividad tiene un costo tanto monetario como de esfuerzo personal. Y alguna vez quise ser cineasta pero dejé mi lado mi sueño de serlo porque me pareció que no existían las condiciones económicas para desarrollar dicha actividad en mi país. La conjunción de ambos precedentes hizo que, al ver un filme de Leonidas Zegarra por primera vez, notase que sus soluciones narrativas en su largometraje estaban perfectamente encajadas en un presupuesto acorde a la realidad nacional, en cuanto que eran asequibles para un artista de poco capital que tuviese ingenio y aprovechase oportunidades que podían presentarse de modo frecuente en la vida cotidiana. Es decir, mi visión para reconocerlo como artista presupone que el generador de la pieza está dentro de un sistema capitalista y forzosamente debe integrarse a un sistema mercantil y solucionar sus problemas artísticos con un presupuesto limitado, bajo por lo general.
“La amenaza del helado”, que dura cuarenta minutos, es un capítulo para un proyecto de serie televisiva que codirigí con Alejandro Herrera y Giancarlo Shibayama el año 2002. Sé lo que significa narrar audiovisualmente. Me animé en participar del proyecto luego de ver un filme de Leonidas Zegarra. Hay que entender que para el que utiliza el medio cine o video, solucionar los problema de producción de su obra también son decisiones artísticas. Por ejemplo, si se desea representar a un ángel, existe una variedad de formas de encarnar a tal entidad con sonido e imagen. La solución de Leonidas Zegarra Uceda en su largometraje “300 millas en busca de mamá” es vestir a unos actores con disfraces sencillos, que muestran alas y aureolas y agregar efectos de luz durante la postproducción. Estos disfraces suelen ser de costos asequibles a los miembros de la comunidad, pues el alquiler de disfraces es un negocio que debe tener clientes para sobrevivir. Y los efectos lumínicos de la postproducción se colocan con los mismos programas que se utilizan para editar una película en formato digital. Esta solución artística implica al menos dos decisiones: mostrar a personajes de carne y hueso vestidos de un modo particular y reforzar el efecto de la acción de estos personajes en la historia narrada con efectos de luz blanca. Aunque esta clase de decisiones aparenta ser sencilla, determinan un forma específica entre muchas otras. Un artista percibe inmediatamente que para solucionar una escena semejante podría utilizarse únicamente una luz en lugar de un personaje real, o tal vez un títere en lugar de un actor, o sustituir cualquier presencia por unas letras que indiquen “se presenta un ángel” aunque en la pantalla no se vea imagen alguna. Esta última propuesta podría reforzarse con música dramática. Las alternativas de representación son inmensas y vinculan presupuesto y creatividad dentro de un marco cultural capitalista. Yo, como productor de mercancías artísticas, es lo que veo, es lo que me interesa, es mi forma de comprender la actividad de un cineasta como Leonidas Zegarra: sus soluciones narrativas son las que admiro. En ellas es que veo su voluntad artística, su ingenio, su pasión por el discurso audiovisual. Tal vez el consumidor promedio de películas estadounidenses está acostumbrado a observar imágenes muy complejas, cuyos costos de producción son elevados y ha llegado a pensar que las formas con las que representan en ellas son las únicas posibles o las que hay que tomar como modelo. Esa es la mirada de un consumidor que puede comprar un filme reproducido ilegalmente o que asiste a las salas de cine o que ve largometrajes en la televisión, con cortes para emitir publicidad. Es una visión distinta a la del artista que, en el capitalismo nacional, debe revisar sus cuentas constantemente para ver qué puede mostrar y cómo hacerlo. Mi visión parte de una posición distinta a la del consumidor promedio y las valoraciones que realizo tienen por marco de referencia la práctica real de producción de una narración audiovisual. Ésta es la visión tras la Casa Museo Leonidas Zegarra.
Hay que tener en cuenta que aún esta perspectiva, antes de poder llegar a la formación de una colección o de un proyecto de museo ha sido contrastada con el crítico personal de Leonidas Zegarra. El año 2010, cuando quise ponerme en contacto con don Leonidas para generar un prototipo de su casa museo con su ayuda, él me indicó que hablase con Jorge Villacorta para que evaluara el proyecto en su nombre. Yo pensé inmediatamente que era lógico que alguien como Jorge Villacorta Chávez estuviese interesado en la obra de Leonidas Zegarra aunque luego de consultar con él descubrí que ignoraba la situación. Sucedió que existía un crítico de cine, egresado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, que también se llamaba Jorge Villacorta. Su nombre completo es Jorge Luis Villacorta Santamato y este hecho me impresionó porque algunos de mis proyectos artísticos están relacionados con “el número dos” y los dobles. Jorge Villacorta Santamato, como crítico personal de Leonidas Zegarra Uceda aprobó el proyecto luego de que conversarmos detenidamente sobre el asunto. Posteriormente, todos juntos, don Leonidas, Jorge Villacorta, los miembros de la productora Emergencia Audiovisual y yo visitamos la casa del cineasta, en La Victoria, para examinar sus archivos personales y generar la colección a exhibir. Los miembros de Emergencia Audiovisual tenían por misión registrar la visita a los archivos personales de don Leonidas para crear un documental en el futuro, cuando llevemos la estatua del cineasta hasta su pueblo natal, La Soledad, ubicado en La Libertad. Los miembros de Emergencia Audiovisual que estuvieron presentes ese día fueron Carolina Denegri, Willy Ilizarbe y Rómulo Franco, a quienes también interesa la obra de Leonidas Zegarra y lo entrevistaron en aquella ocasión.
Un tercer filtro que hay que considerar en la generación de la colección y el prototipo de la casa museo, además mi interés y el juicio de Jorge Villacorta Santamato como representante del interés de Leonidas Zegarra Uceda, es el generado por el Centro Cultural Inca Garcilaso, que pertenece al Ministerio de Relaciones Exteriores. Como se me presentó la oportunidad de exhibir allí y decidí hacer un homenaje a don Leonidas, surgieron algunas dudas en los encargados respecto de la seriedad de mis intenciones artísticas, ciertamente por la influencia que sobre la imagen del cineasta había generado la crítica hasta ese momento. Por una cuestión casual, llegó al Ministerio de Relaciones Exteriores una misiva oficial invitándome a participar en la Bienal de Venecia. A partir de ese momento las preguntas sobre la seriedad de mis intenciones cesaron, presumiblemente porque mi reputación como artista era avalada por la invitación desde el exterior, solicitando mi participación en una reconocida exposición internacional. Fue una situación favorable generada por el destino… muy oportunamente, por cierto.
El homenaje a Leonidas Zegarra, con la exhibición del prototipo de su casa museo se inauguró el día jueves 9 de diciembre de 2010 y fue posible gracias a la colaboración de varias personas e instituciones, entre éstas la Galería Lucía de la Puente y el Instituto Goethe. Se cerró la muestra el lunes 10 de enero de 2011. Me voy a abstener de detallar cuáles fueron las piezas utilizadas para generar la colección. Lo que me ha interesado mostrar es que la Casa Museo Leonidas Zegarra tiene referentes claros para su creación y que considera a don Leonidas un artista porque se basa en estos referentes. Mi propia visión inicial fue contrastada con la de Jorge Villacorta Santamato, que ya había iniciado el contacto con Leonidas Zegarra Uceda y la revaloración de su obra antes que yo y gracias a esta armonía de criterios es que el cineasta mismo abrió sus archivos para este proyecto. El Centro Cultural Inca Garcilaso me brindó la oportunidad de llevarlo a cabo cuando mi reputación artística fue reforzada desde el exterior en el momento adecuado. Los miembros de Emergencia Audiovisual y otras personas e instituciones prestaron su apoyo para esa primera exhibición pública de lo que devendría la Casa Museo Leonidas Zegarra. Posteriormente ha habido otras muestras y también intervenciones en espacios públicos pero en este momento solamente deseo dejar constancia de las razones por las cuales don Leonidas es considerado un artista desde la perspectiva de los gestores de la Casa Museo Leonidas Zegarra.
Los públicos de los largometrajes y de la Casa Museo Leonidas Zegarra.
Leonidas Zegarra Uceda realiza su obra de un modo casi artesanal, trabajando directamente en cada paso de su producción: escribe el guión, selecciona a los actores, elige los lugares de filmación, dirige a la cámara y a los actores, comanda la edición, se encarga de la promoción de la película y de su exhibición misma. Puede tener mayor o menor ayuda en cada ocasión, por ejemplo de Mariana Liquitaya, su productora ejecutiva y actriz principal en sus largometrajes más recientes. Dependiendo de las circunstancias puede exhibir en Puno y sus alrededores y en La Paz, Bolivia. Como promociona sus filmes por intermedio de las estaciones de radio y televisión en las provincias y mediante volantes, genera una presencia real ante un público local. Cuatro de sus filmes están en toda su integridad en Internet con su aprobación y éste es otra forma de que el público conozca su obra fílmica. Para algunos espectadores los largometrajes son insoportables y para otros son conmovedores. Para los que no han visto su obra, indicar que es el director de las “películas de Susy Díaz” es un referente comprensible de modo inmediato. Hay que recordar que Susy Díaz ha sido Congresista de la República y tiene una presencia en los medios masivos de comunicación. Éste sería el público que se vincula a la actividad comercial de exhibición: a través de la radio o televisión muchas personas se enteran del estreno de un nuevo filme aunque solamente algunas asistan al recinto de proyección. Algunos filmes de don Leonidas han tenido una promoción muy intensa de modo gratuito, tales como “Mi crimen al desnudo” (2001) y “Vedettes al desnudo” (2003), por medio de la prensa denominada “sensacionalista” que resaltaba el contenido de las historias fílmicas. Su filme autobiográfico del 2014, titulado inicialmente “Chesu Mare”, también tuvo buen recibimiento por la prensa, generando notas en varios diarios, entre ellos “El Comercio”, que en su página electrónica colocó un vídeo de los ensayos. También consiguió entrevistas en América Televisión y Frecuencia Latina. Lamentablemente el largometraje tuvo que ser estrenado en Puno porque los exhibidores limeños prefirieron abstenerse de colocarlo en sus circuitos. Aún tiene que formarse un público consumidor de su narrativa que obligue a los exhibidores limeños a tomar seriamente su obra, aunque sea exclusivamente por motivos crematísticos.
Frente a este público expuesto a la comercialización del filme, que aún tiene que constituirse una fuerza material unida y activa para influir sobre la sociedad (por ejemplo por medio de la creación de un “Club de Admiradores de Leonidas Zegarra” muy popular), surge potencialmente un nuevo público más especializado. Este público entra en contacto con la obra de Leonidas Zegarra por medio de las intervenciones públicas, como la de la “Noche En Blanco” del sábado 12 de mayo de 2012, en la que se cargó la estatua del cineasta por las avenidas y calles de Miraflores, o por medio de contacto con el prototipo de la Casa Museo Leonidas Zegarra. En la intervención pública se despierta interés aunque puede ser transitorio. La experiencia de la visita al prototipo del museo puede lograr un efecto más duradero por la variedad de materiales expuestos y la presencia de mercancías que permiten recordar el significado cultural de los filmes. Las camisetas, tazas, afiches y casacas que tienen los nombres de los largometrajes y están ofrecidos para la venta incitan una reacción particular en los visitantes, que pueden escoger llevarse un recuerdo por un precio. Aunque aún no hemos tenido la experiencia de la venta de esa clase de mercancías, sí hemos tenido la experiencia de una visita guiada por el museo, ocurrida el día domingo 21 de octubre de 2012, último día de mi muestra “Horas de Lucha: El Futuro Ha Comenzado”, realizada en la Galería Lucía de la Puente, en Barranco. Yo realicé la presentación de mi trabajo en la sala principal y luego, en la sala del segundo piso, Jorge Villacorta Santamato realizó una descripción de los materiales expuestos. Un efecto de interactividad con el público que me impresionó, fue que Jorge Villacorta se las ingenió para hacer que los asistentes vitoreasen a Leonidas Zegarra y alzasen sus brazos por encima de sus cabezas. Una de las asistentes sugirió denominar “héroe cultural” a don Leonidas y esto fue grabado tanto con una cámara fotográfica por parte de Jorge como por parte de Enrique Reyes, que utilizó una cámara con mayor capacidad de almacenaje de información. El video de mi presentación y de la visita guiada por la Casa Museo Leonidas Zegarra se han colocado en YouTube. El museo se constituye ante este público como un instrumento pedagógico o espacio de aprendizaje en el que visitante adquiere una visión significativa de su entorno.
Adicionalmente al público que ve las intervenciones o visita la Casa Museo Leonidas Zegarra, debemos considerar a ese sector especializado que se dedica a la crítica de arte y tiene acceso a un espacio de difusión masivo. La experiencia de exhibición en la Galería Lucía de la Puente generó el siguiente comentario por parte de Luis E. Lama en la revista “Caretas” No 2256, del 31 de octubre de 2012, página 80:
“(…). Esta sala es un delicioso recorrido para un cinéfilo. Todo resulta menos grandilocuente. y las intenciones no demandan mayor meditación. Los afiches son elementos de colección formidables, los dibujos hechos por el artista para ese storyboard ficticio son formidables, los fotogramas colocados en una caja de luz como un objeto de veneración forman una pieza destacada, los polos a modo de merchandising son realmente notables, del mismo modo que los carteles con letras metálicas que los acompañan. Yo que consideraba que Zegarra está lejos de ser nuestro Ed Wood peruano, que no iba a ver sus películas ni amarrado y los ojos con maquinarias para no cerrarlos (ver La naranja mecánica) debo admitir que Huanchaco me ha enseñado a respetarlo. Y yo, que soy tan quisquilloso en cuestiones de cine, se lo agradezco. Él ahora está desarrollando en Trujillo el proyecto de Museo Leonidas Zegarra. En la inauguración podremos aseverar que en realidad el futuro será hoy”.
Se aprecia aquí que la experiencia del museo transforma la percepción previa de la obra del cineasta. Se especifica que se evitaba asistir a los largometrajes de Leonidas Zegarra y queda sin especificar si la opinión sobre sus obras era consecuencia de observar los tráilers o de leer las críticas fílmicas. En cualquier caso, queda en evidencia que la disposición ordenada de los elementos típicos de promoción de la imagen de un filme o de un cineasta (afiches de las películas, storyboards,merchandising, fotogramas, carteles) genera un efecto sobre un cinéfilo si además posee interés en el arte. Considero que es un testimonio importante por sus características.
Entre el público expuesto a la exhibición comercial de las películas de Leonidas Zegarra existe otro sector de la crítica especializada que se dedica exclusivamente a la cinematografía, y que la evalúa desde tradiciones distintas a las de la historia del arte. Estos críticos tienen presencia social en cuanto tienen acceso a las secciones especializadas de los diarios, a revistas de interés general y a las revistas especializadas en cine, financiadas éstas por facultades de comunicación de diversas universidades, centros culturales vinculados a universidades o esfuerzos comerciales individuales. Este segmento es un intenso consumidor de filmes y ha generado sus propios mitos y rituales sociales. Como genera literatura sobre cine, tiene el potencial de influir sobre el mundo académico y sobre los interesados en el tema. Uno de sus mitos es la incapacidad creativa de don Leonidas y uno de sus rituales es generar críticas negativas relativas a sus filmes cada vez que logra estrenar uno. En este segmento también han surgido voces que han propuesto que se evite mencionar la existencia de Leonidas Zegarra Uceda como cineasta y de sus filmes como largometrajes. Es una tendencia vinculada a los estudios de comunicación, probablemente porque el cine se ve como un medio masivo de comunicación antes que como expresión artística. Historicamente es posible encontrar críticas que denostan la obra de don Leonidas en revistas como “Oiga”, “Hablemos de cine”, “La gran ilusión” y “La ventana indiscreta” (ambas revistas de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Lima), “Tren de sombras” (publicación vinculada a la Facultad de Ciencias y Artes de la PUCP), “Butaca Sanmarquina” y “Butaca” (revistas del Centro Cultural de San Marcos), entre otras. A esta visión se suman publicaciones electrónicas y blogs. Como parten de supuestos distintos a los de la Casa Museo Leonidas Zegarra, es decir que don Leonidas es un productor de mercancías artísticas en el sistema capitalista, sus conclusiones pueden ser válidas dentro de su propio marco de referencia. En muchas ocasiones se han aducido motivos políticos para descalificar los filmes de don Leonidas, o aún se ha señalado el hecho de que se enfoca hacia el mercado e intenta sobrevivir económicamente con la exhibición de sus productos. Críticas semejantes han sido dirigidas hacia Luis Llosa Urquidi por parte del mismo sector de críticos cinematográficos, por lo que puede comprenderse que son consecuentes con sus postulados dentro de la visión del mundo en la que se desenvuelven. Naturalmente, sus comentarios ejercen una presión sobre la opinión pública respecto del estatus de don Leonidas como artista cinematográfico y sus opiniones influyen sobre la prensa y las empresas que podrían contribuir a financiar sus películas.
El edificio de la Casa Museo Leonidas Zegarra.
Actualmente se están realizando las gestiones requeridas para ubicar el local principal de la Casa Museo Leonidas Zegarra en la ciudad de Trujillo, en La Libertad. La idea rectora para la edificación es la construcción de la misma a base de contenedores donados. Aún carecemos de un diseño definitivo. Pensamos que observar una edificación metálica en medio de un clima cálido será una visión para recordar. En cualquier caso, se volverá un referente visual y cultural en su área geográfica.
A modo de conclusión
En resumen, he mostrado cómo interactúa el proyecto de la Casa Museo Leonidas Zegarra con la obra cinematográfica del artista fílmico tomándola como referencia para formar la colección y con el público general y los públicos especializados para incorporarlos a una dinámica de reconocimiento del artista. A su vez, los públicos retroalimentan el intento de conservación de la obra y la creación cinematográfica del artista en una unidad en dinámica permanente, compleja y variable.
Agrego que es necesario realizar ediciones masivas en dvd de los filmes de Leonidas Zegarra Uceda. para que su obra sea conocida extensamente. Hay que conservar la filmografía de este cineasta original que posee un estilo característico y reconocible y. que se desplaza por fábulas infantiles (“300 millas en busca de mamá”) [2007], filmes religiosos (“María y los niños pobres”, “Virgen de Copacabana: su historia y sus milagros”, “Mamita ¡no te mueras! Virgencita de Urcupiña”) [2010, 2012, 2013], problemas sociales (“De nuevo a la vida”) [1973], historias de crímenes con carga erótica (“Mi crimen al desnudo”, “Vedettes al desnudo”) [2001, 2003] y la autobiografía, entre otros temas.
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El texto del certificado es el siguiente:
"UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS
UNIVERSIDAD DEL PERÚ, DECANA DE AMÉRICA
ESCUELA PROFESIONAL DE ARTE
DEPARTAMENTO ACADÉMICO DE ARTE
MAESTRÍA EN ARTE PERUANO Y LATINOAMERICANO
DOCTORADO EN HISTORIA DEL ARTE
CERTIFICADO
Otorgado a:
FERNANDO ALONSO GUTIÉRREZ CASSINELLI
Por su participación como PONENTE en el V SIMPOSIO HISTORIA DEL ARTE PERUANO "ENRIQUE ITURRIAGA ROMERO", realizado los días 27 y 28 de Noviembre del 2014.
Lima, 28 de noviembre de 2014
Dr. Raimundo Prado Redondez
Decano
Facultad de Letras y Ciencias Humanas
Mg. Octavio Santa Cruz Urquieta
Director
Escuela Académico Profesional de Arte"
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Afiche del "V SIMPOSIO DE HISTORIA DEL ARTE PERUANO "ENRIQUE ITUARRIAGA ROMERO"", realizado el 27 y 28 de noviembre de 2014 en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima - Perú.
El afiche del "V SIMPOSIO DE HISTORIA DEL ARTE PERUANO "ENRIQUE ITUARRIAGA ROMERO"", realizado el 27 y 28 de noviembre de 2014 en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima - Perú, estuvo ubicado en el segundo piso de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas. En la imagen observamos el pasadizo que conduce al auditorio en el cual se realizó el evento académico.
El "V SIMPOSIO DE HISTORIA DEL ARTE PERUANO "ENRIQUE ITUARRIAGA ROMERO"", realizado el 27 y 28 de noviembre de 2014 en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima - Perú, fue inaugurado por las autoridades de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas.
En la imagen observamos, al centro al centro de la mesa, al Dr. Raimundo Prado Redondez Decano de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas. Al la derecho de la imagen reconocemos al Mg. Octavio Santa Cruz Urquieta, Director de la Escuela Académico Profesional de Arte.
El V SIMPOSIO DE HISTORIA DEL ARTE PERUANO "ENRIQUE ITUARRIAGA ROMERO"" reunió a asistentes especializados en la historia del arte peruano poseedores de un refinado nivel académico.
En el "V SIMPOSIO DE HISTORIA DEL ARTE PERUANO "ENRIQUE ITUARRIAGA ROMERO"" participó la ponencia "LA CASA MUSEO LEONIDAS ZEGARRA Y LA PRODUCCIÓN ARTÍSTICA CINEMATOGRÁFICA, SU CONSUMO, SU CRÍTICA Y SU CONSERVACIÓN", de FERNANDO ALONSO GUTIÉRREZ CASSINELLI, egresado de la PUCP, conocido en el ámbito artístico por su apelativo "HUANCHACO".
En la imagen, de izquierda a derecha: la actriz estelar boliviana MARIANA LIQUITAYA ZENTENO, el artista DON LEÓNIDAS ZEGARRA UCEDA y el académico y artista plástico FERNANDO ALONSO GUTIÉRREZ CASSINELLI, identificado en el mundo artístico como "HUANCHACO".
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