UN LARGOMETRAJE DIRIGIDO POR FERNANDO ALONSO GUTIÉRREZ CASSINELLI, MÁS CONOCIDO COMO 'HUANCHACO'.
A comment in English:
El mundo capitalista
contemporáneo organiza la vida de los hombres urbanos y rurales según las
posiciones que ocupen en el sistema internacional de división del trabajo.
Dependiendo de las costumbres locales y el modo como las regiones del globo
fueron asimiladas a la globalización capitalista, los ideales nativos se ven
moldeados por los ideales del capital.
Los intereses generales de los individuos son dirigidos según el capital
ha organizado la sociedad. Las diferencias entre las metrópolis y las
periferias son como las diferencias entre el modelo original y su caricatura,
como el reflejo que proporciona un espejo deforme. La forma de vida en la periferia,
como parodia, sirve para comprender la vida en la metrópolis, como drama. La chucha perdida de los incas, dirigida
por Fernando Gutiérrez, “Huanchaco”, es un largometraje de alrededor de 90
minutos de duración que expresa un conjunto de inquietudes contemporáneas desde
la versión subdesarrollada de los dramas que se viven bajo el capital. De este
modo nos dice no solamente algo sobre las periferias, sino también sobre las
metrópolis. La película se divide en dos segmentos básicamente. La primera
parte es una búsqueda del lugar que se ocupa frente a la autoridad primera, el
padre, que bajo el sistema capitalista elemental es el transmisor de la
autoridad de la propiedad privada de medios de producción, de las ideas de la
profesión, del conocimiento especializado, del cosmopolitismo y de la voluntad
y el gusto individual frente a los demás, si se es pequeñoburgués. Este primer
segmento se materializa a través de la figura del superhombre pequeñoburgués,
encarnado por Mario Poggi quien es un profesional multilingüe que habla además
del idioma castellano el portugués, el francés, el alemán, el italiano y el
inglés. Fue entrenado profesionalmente en universidades europeas en las
especialidades de diplomacia y criminología. Actuando según los valores
supremos de individualidad que promueve el gran capital se condujo como jurado
y verdugo quitando la vida a un presunto asesino. En la cárcel, gracias a su
formidable preparación académica llegó a la conclusión siguiente luego de
estudiar detenidamente a sus compañeros de reclusión: todos los criminales a
los que entrevistó eran hijos de madres solteras, pero no conoció a ninguno que
fuese hijo de padre soltero, lo cual implicaba que los reclusos carecían de una
figura de autoridad interiorizada. Años después, Mario Poggi, consciente de su
superioridad intelectual sustentada por su preparación en centros de estudios
europeos, declara la independencia de su Patria del Arte en su domicilio,
asumiendo el cargo de Presidente de la Patria del Arte. El acercamiento
documental a Mario Poggi se realiza a través de la inquietud de “Huanchaco”,
quien se coloca bajo su bajo tratamiento psicológico pues desea comprender su
relación con su propio padre y con sus propios afanes creativos. El señor Poggi
comparte con “Huanchaco”, aplicándoselas, las técnicas que ha desarrollado para
equilibrar la mente. Asimismo, permite que una de sus hijas deleite a sus
invitados documentalistas con una nueva pieza musical, improvisada al violín
exclusivamente para ellos. Durante las sesiones de intercambio de ideas y de
tratamiento, Mario Poggi comparte una de sus deducciones teóricas más agudas:
si existen piedras con forma de falo en Puno (en el sur andino peruano), sobre
las cuales se sentaban ritualmente las mujeres que deseaban quedar preñadas
durante el coito, entonces es razonable que exista una versión masculina, la
cual él ubica en una región de la selva a la cual fue a descansar luego de
salir de la cárcel oficial capitalista, la cárcel que tiene muros y barras
evidentes. Porque la cárcel ideológica capitalista Mario Poggi la va superando
y demoliendo poco a poco, con sus actos de superhombre pequeñoburgués que se
individualiza más y más y cuyo pensamiento se transformará en realidad cuando
“Huanchaco” emprenda la búsqueda de la hipotética “chucha perdida de los incas”
en la selva peruana… ¡y la descubra! “Huanchaco” verifica a Mario Poggi, vía
telefónica, que su elucubración era racional y exacta, pero cuando el
explorador de los objetos de la imaginación ajena retorna a la capital peruana,
solamente puede encontrarse con la tumba del superhombre. Luego de la muerte
del superhombre comienza el segundo segmento del filme, que implica una
búsqueda vinculada a la supervivencia ante la muerte del superhombre
pequeñoburgués. La viuda de Mario Poggi ha soñado con su difundo esposo y
“Huanchaco” la entrevista, identificando que en el sueño existían ciertas luces
que flotaban y desaparecieron en las oscura noche limeña. Entonces “Huanchaco”
emprende un recorrido por una versión latinoamericana de la inquietud
espiritual de un sector de la población metropolitana, que está sustentada en
ciertas películas espectaculares del cine industrial estadounidense vinculadas
al fenómeno OVNI (Objeto Volador No Identificado). Pero mientras en los Estados
Unidos de Norteamérica se justifica el fenómeno OVNI como consecuencia del
desarrollo tecnológico manifestado en una supuesta llegada a La Luna y
pretendidas estaciones espaciales de investigación, todo apoyado por un aparato
militar con presupuesto secreto ilimitado y práctica permanente de operaciones
psicológicas además de un dominio estricto de los medios de comunicación
masivos por parte del gran capital, en el Perú la inquietud OVNI toma un cariz
más humilde. Esta humildad es tanto material como ideológica porque exige creer
en pruebas de elaboración sencilla, al alcance del bolsillo popular. Las
disquisiciones ingenieriles y físicas relativa al fenómeno OVNI son menos
necesarias que la capacidad de suspensión del juicio crítico y facilidad para
aceptar las aseveraciones del prójimo como verdaderas. La Divina Revelación,
Alfa y Omega, es la institución a través de la cual “Huanchaco” intenta seguir
el rastro espiritual del superhombre pequeñoburgués Mario Poggi. Con la voluntad
del investigador de lo imposible, “Huanchaco” escanea los Divinos Rollos
Telepáticos con la anuencia de la jerarquía del institución. Su proyecto es
transformar la imagen de los rollos en sonido y lanzar el sonido al espacio
para contactar a los seres que se encuentren en la atmósfera o más allá. Posteriormente,
durante una incursión nocturna a Chilca, para observar OVNIS junto a los
miembros de Alfa y Omega, “Huanchaco” y su equipo lanzan la señal al espacio,
inaudible para el oído humano. La respuesta se hace presente bajo el método
criptográfico utilizado por los ocupantes de los OVNIS. “Huanchaco”,
sustentando su respuesta con un video de YouTube, expone ante los miembros de
la Divina Revelación que la respuesta de los enigmáticos seres es “¿Qué hay de
nuevo viejo?”. Y esto por cuanto un “humanoide extraterrestre” que fue visto en
Chilca cruzando la pista era un globo de la cabeza del Conejo de la Suerte
(Bugs Bunny) puesto de cabeza y flotando al ras del suelo. Hacia el final del
segundo segmento somos testigos del uso ritual de “La chucha perdida de los
incas”. Una momia que parece ser la de Mario Poggi es introducida en una cueva
subterránea, colocada en un tubo, y lanzada hacia un portal dimensional,
materializándose en otro lugar, en el cual hay un hombre en un trono, el cual
parece dormitar. Cuando “Huanchaco” regresa de su reciente incursión selvática
en la cual ha sido testigo de un ritual ancestral de trascendencia ignorada,
Antonio, líder de Alfa y Omega ha fallecido. Ese mismo día el presidente
peruano ha presentado su renuncia. “Huanchaco” y su equipo documental es
testigo de la participación de los miembros de Alfa y Omega en una marcha. En
la calle, un hombre que protesta saca un silbato de su bolsillo y lo toca para
luego desaparecer entre los transeúntes de la ciudad. Concluye el segundo
segmento de la película. En este segundo segmento del largometraje “Huanchaco”
encarna el programa ideológico seguido por Mario Poggi al reafirmar su propia
individualidad frente al colectivo de la Divina Revelación, Alfa y Omega. A la
materialidad física de los Divinos Rollos Telepáticos en soporte de papel opone
el formato audiovisual electrónico del video digital y reta con su propia
interpretación a la comunidad de creyentes y buscadores de la verdad. Adicionalmente,
la imaginación de Mario Poggi queda plasmada por obra de “Huanchaco” en un
documental que verifica el poder de su pensamiento. En un contexto cultural en
el cual Dios es caracterizado como omnipotente, omnisapiente y omnipresente, el
superhombre pequeñoburgués Mario Poggi es lo más cercano a Dios, pues su juicio
es ley para sí y le permite tomar la vida de quien juzga, aunque evidentemente
no es Dios mismo, además de permitirle atribuirse los poderes terrenales de
turno sobre su propiedad, declarándose Presidente de su Patria del Arte. Por
tanto, mucho más apropiado es verlo como El Hijo de Dios, como El Cristo. Y las
denominaciones El Cristo y El Escritor tienen casi las mismas letras, por lo
cual se reconoce que Mario Poggi es guionista del largometraje de Fernando
Gutiérrez al guiar su imaginación hacia el descubrimiento de “La chucha perdida
de los incas”. Como El Cristo / El Escritor, luego Mario Poggi emprende un
viaje hacia otra dimensión o diversión, por medio de la chucha o vagina
perdida. Es evidente que “vagina” y “página” se escriben casi del mismo modo,
pero con la “b” convertida en “p” debido al reflejo deforme que es la periferia
respecto de la metrópolis. Así, Poggi, al atravesar la “página”/”vagina” con
sus ideas como debe hacer El Escritor/
El Cristo, para confeccionar su guion, insemina la mente del espectador, quien
es Dios. Por esto, durante el ritual se observa que los cargadores de la momia
de Poggi llevan cascos similares al glande. Glande y grande se escribe de modo
similar, con la L de cabeza como corresponde a la periferia. Así, el El Gran
Escritor atraviesa La Página e ilumina al espectador-televidente con su
actuación. O lo que es lo mismo, El Cristo atraviesa La Vagina e ilumina a
Dios, quien presta atención a su propio pensamiento todopoderoso. Esto revela
algo aún más importante, un secreto que recorre a nivel visual todo el filme.
El tubo en el cual está situada la momia que viaja de una diversión a otra o de
una dimensión a otra es similar al falo y al saco de arena que los boxeadores
utilizan para su entrenamiento. Por tanto, Dios, como gran productor del
universo, entrena su gusto en la contemplación de los guiones del superhombre
pequeñoburgués, como si fuese un boxeador que golpea el saco de boxeo. En
inglés, El Tubo (Tube), es una forma de llamar a las trompas de Falopio
(actualmente llamadas trompas o tubas uterinas) y una denominación británica
del sistema subterráneo de Londres. Y en
inglés estadounidense Tube hace referencia a la televisión. Las trompas de
Falopio conectan los ovarios y el útero, éste también denominado matriz. Por
tanto, el cilindro a través del cual viaja la momia de Mario Poggi está ligado
a esos mundos de realidad virtual que suelen representarse en las películas
estadounidenses, entre ellos el de Matrix
(1999) Como El Tubo también es la televisión, puede afirmarse que existe una
televisión de realidad virtual que explora el subsuelo (sistema subterráneo)
mental del espectador, su supuesto inconsciente en el cual todo está de cabeza.
Este viaje a través del espejo es lo que nos revela La chucha perdida de los incas. El mundo en que nos encontramos es
un mundo de realidad virtual construido a partir de las emociones expresadas o
no y de los pensamientos de un observador al cual conocemos como Dios. Por esto,
al final del filme un hombre sopla un silbato. En inglés, el soplador de
silbato, “whistleblower”, es un delator, quien denuncia un delito que está
siendo silenciado. Y eso es lo que hace este filme de “Huanchaco”, pone al
descubierto la naturaleza digital del mundo en el cual nos encontramos, hecho
fundamental de nuestra existencia que ignoramos. Como “delator”, que no es otra
cosa que un “relator” por el principio de carácter deforme de la periferia,
“Huanchaco” construye su película relatando y delatando que la metrópolis está
tan de cabeza como su periferia. Para quienes quieren profundizar en las claves
visuales del filme, se les recomienda observar quiénes cubren sus cabezas con
sombreros o gorros, quiénes utilizan lentes o bigotes, quiénes se tocan la
nariz, los pómulos o el mentón cuando hablan. Los OVNIS tienen forma de
sombrero, y al inicio del filme se observa uno bajo la lluvia. El OVNI está
bajo la “lluvia” o “yo vía” o “yo veía”. Lo que “yo veía” es lo piensa quien
está conectado al sistema nanotecnológico de realidad virtual que genera la
película que conocemos como “realidad”. En inglés, ONI son las iniciales de
Office of Navy Intelligence u Oficina de Espionaje Naval, con lo cual la
referencia al agua (lluvia) y al O(V)NI nos aclara que quien puede estar
monitoreando esta Matrix es la Oficina de Espionaje Naval estadounidense, dado
que ONI “ve” (V) lo que sucede, pues además, OVNI de atrás para adelante es IN
(dentro) VO (veo). Las claves están allí para quien quiera soltar las riendas de
su imaginación. No puede ser para menos, pues “UNO” en inglés se pronuncia “Huan”(ONE),
“cha” es “ya” pronunciado por un argentino y “co” es “KNOCKOUT” (KO) o noqueo.
“Huanchaco” es “UNO YA NOQUEO”, o “pongo inconsciente a uno”, el cual es un
buen nombre para un narrador / nadador que ahoga a sus espectadores con la
marea de sus inquietudes aquí en la periferia, en la metrópolis y al otro lado
de esta diversión / dimensión.
Jorge Luis Villacorta Santamato
Curador de la Casa Museo Leonidas Zegarra
Curador de la Casa Museo Leonidas Zegarra
PS: “CHA” también puede leerse
como C-H-A. La “H” es la “I” volteada. Así que “CHA” es CIA o en inglés Central
Intelligence Agency o Agencia Central de Espionaje estadounidense. “Huanchaco”
sería 1-CIA-KO. ¿No es acaso “O” un ojo y “K” el símbolo invertido del “play” o
“reproducir” que aparece en el control remoto? “Huanchaco” se traduciría como
que “uno de la CIA reproduce video para su propio ojo”. Recuérdese la frase
“solo para sus ojos” (“for your eyes only”) que es también el título de las
películas de James Bond, quien es el agente 007 (dos ojos y una nariz o símbolo
de “reproducir” (“play”).
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