Título: ESPIONAJE EN AMÉRICA LATINA. EL PENTÁGONO Y LAS TÉCNICAS SOCIOLÓGICAS. Autor: GREGORIO SELSER. Editor: EDICIONES IGUAZÚ, Buenos Aires, 1966, 416 páginas. De la portada posterior: "ESPIONAJE EN AMÉRICA LATINA. En junio de 1965, estallaba en Chile en forma estrepitosa la denuncia acerca de un plan de espionaje que llevaba el misterioso nombre de Plan Camelot. A partir de ese momento el gobierno, el Congreso, el periodismo y las universidades católica y estatal se unieron en una investigación exhaustiva que no sólo corroboró la denuncia sino que condujo a la pública admisión, por parte de los departamentos de Estado y de Defensa de los Estados Unidos, y hasta del propio presidente Lyndon Johnson, de que el Plan Camelot era una investigación a nivel universitario, mediante el empleo de las técnicas de la sociología, encomendada por el Pentágono a la American University, de Washington, y prevista para países de Hispanoamérica tanto como para otros de Europa, Asia y África. / Como lo sintetizara el diputado demócrata cristiano Andrés Aylwin Azócar, presidente de la comisión investigadora del Plan Camelot, "por el hecho de que la culminación técnica de este plan es la elaboración de un modelo que permita determinar y anunciar, con precisión matemática, el instante en que debe producirse una revolución, y por el hecho de la participación directa del Ejército de Estados Unidos en su elaboración y cumplimiento del Plan, no es muy aventurado sostener que en el subconsciente de toda esta empresa de investigación, se encuentra involucrada la teoría de una posible e hipotética aventura militar". / Gregorio Selser aporta en ESPIONAJE EN AMÉRICA LATINA toda la documentación vinculada con el Plan Camelot, historia sus orígenes y estallido y lo vincula con otros procedimientos de contraespionaje desarrollados por el Pentágono u otros organismos gubernamentales norteamericanos, tales como el PROYECTO SIMPÁTICO, el PROYECTO COLONIA y el PROYECTO NUMISMÁTICO. Un oportuno Apéndice aporta a los lectores los documentos secretos, tales como el Manual FM 31-15 de "Operaciones contra fuerzas irregulares" del Ejército de los Estados Unidos, que la comisión investigadora chilena descubrió durante su tarea de esclarecimiento".
Páginas 415-416:
"ÍNDICE
CAPÍTULO I. Métodos y normas del contraespionaje ... 7
La "reorganización" de dos investigaciones, 7. Las faenas de la CIA, 10. Una denuncia sobre el FBI, 13. Un organismo sospechado, el Cuerpo de Paz, 16. El norteamericano feo, 19. El impacto de la Revolución Cubana, 21. Una vidriera de lujo, 25. ¿Lavado de cerebro en el Peace Corps?, 27. El informe de los esposos Zeitlin, 33. El efecto demostración, 36. Moldeando conciencias, domeñando rebeldías, 40. Uno de los papeles de la ORIT, 43. También las universidades, 48. La utilización de la ciencia, 55.
CAPÍTULO II. El espionaje sociológico ... 60
La denuncia periodística, 60. Misión de las fuerzas armadas, 66. El Pentágono informa que renuncia al proyecto, 71. Denuncia y oposición generalizadas, 75. Reacciones en cadena, 82. ¿Camelot para diplomáticos?, 87. Una motivación ideológica definida, 93. La utilización "extraña" de las encuestas, 101. El método de las encuestas, 112.
CAPÍTULO III. El Plan Camelot ... 122
Como se "destapó" el Camelot, 122. La intervención legislativa, 129. Opinión del profesor Galtung, 134. La opinión de la comisión investigadora, 145. La encuesta en el Ejército chileno, 153. Condena de la Cámara de Diputados de Chile, 156.
CAPÍTULO IV. El contraespionaje continúa ... 163
El Proyecto Simpático, 163. Renuncia de nueve sociólogos, 167. El Simpático que no es tal, 172. Job 430, 176.
APÉNDICE ... 185
Projecto Camelot. Introducción ... 187
A. Esquema de los estudios sobre situaciones sociales, por Jirt Nehnevajsa ... 204
B. Diseño de la investigación de los estudios del caso analítico, por Ralph Swisher ... 229
C. Técnicas de simulación, por James S. Coleman ... 309
D. Modelo preliminar de potencial de guerra interna, por Manuel Ávila ... 323
E. Operaciones contra fuerzas irregulares, FM 31-15 ... 339
F. Encuesta a oficiales del Ejército de Chile ... 387
G. Cuestionario 4, número 646, por Dale L. Johnson ... 394
H. JOB 430 ... 406"
Páginas 7-19:
"CAPÍTULO I
MÉTODOS Y FORMAS DEL CONTRAESPIONAJE
La "reorganización de dos investigaciones"
El 12 de mayo de 1966, una información periodística daba cuenta de que el grupo universitario que había tenido a su cargo los estudios sociológicos conocidos en Chile y Colombia con los nombres de "Proyecto Camelot" y "Proyecto Simpático", respectivamente, sería sometido a una reorganización a gran escala. [El Tiempo, de Bogotá, 12 de mayo de 1966, cable de UPI].
Agregaba que la Oficina de Investigación de Operaciones Especiales (Special Operations Research Office - S.O.R.O. -), organismo de la American University, de Washington, contratado por el Departamento de Defensa norteamericano para realizar esos "proyectos" o "planes", limitaría en adelante su investigación a la compilación de los llamados manuales sobre la región. Al mismo tiempo, el presidente de esa universidad, Hurst R. Anderson, anunciaba la formación de un centro para la investigación de sistemas sociales, otra entidad de investigación destinada a complementar las tareas de la SORO.
La información señalaba que en círculos informado se decía que la SORO fue restringida en sus actividades como resultado de la situación creada en 1965 al revelarse detalles del "Proyecto Camelot" en Chile, pero que el "Proyecto Simpático" había causado menos reacción en Colombia pues sólo procuraba medir la actitud del campesinado colombiano hacia los cambios sociales.
Parecía que terminaba, de esa manera, el escándalo y reacción que aproximadamente un año antes habían estallado en Santiago de Chile a raíz de la denuncia formulada por el sociólogo nórdico Johan Galtung respecto del "Plan Camelot". Nada se decía en cambio, de proyectos o planes análogos que se habrían realizado, estarían realizándose o se realizarían en lo futuro, signados por el mismo o parecido afán de "investigación". Por ejemplo, para nada se mencionaba el "Colony Project" o "Proyecto Colonia" hecho público en febrero de 1966 y que según las escasas información filtradas, se trataba de "un estudio preliminar de los ejércitos peruano y norteamericano sobre proyectos de acción cívica confiados a las fuerzas armadas del Perú". Tampoco se hacía referencia a otros tipos de estudios, encuestas, muestreos o investigaciones de campo, que por cuenta de empresas especializadas de los Estados Unidos o de universidades distintas de la mencionada más arriba, se habían efectuado, se estarían efectuando o se efectuarían en lo futuro por medio de empresas comerciales radicadas en países hispanoamericanos y especializadas en ese tipo de investigación y que, en principio, responderían al mismo propósito de proveer información de un alto valor sociológico-político y militar a organismos gubernamentales de los Estados Unidos.
Pero el 17 de junio siguiente, en Washington, representantes del Ejército informaron en el Congreso que continuaban desarrollándose "los programas de investigación similares al discutido Proyecto Camelot, que debió suspenderse el año pasado a raíz de protestas chilenas". El cable que transmitía la información [Cable de UP fechado en Washington el 17 de junio de 1966, publicado en la misma fecha en La Razón, Buenos Aires, y el 18 de junio de 1966 en La Prensa, Buenos Aires, con el título "Las encuestas de la Unión en América latina".], explicaba que la "diferencia es que ahora se consulta previamente a los gobiernos antes de que sean estudiados sus países" y que Camelot se había desarrollado en Chile sin conocimiento precio de su gobierno. Agregaba que el "Proyecto Simpático" se estaba realizando en esos momentos en Colombia, "con la cooperación total del gobierno local y del embajador de los Estados Unidos - afirmaron los militares" - y que "los proyectos fueron discutidos recientemente en audiencias secretas de la Subcomisión de Asignaciones del Senado, por W. M. Hawkins, secretario auxiliar de defensa , y el teniente general A. A. W. Dick, jefe del Programa de Investigaciones y Desarrollo del Ejército". La subcomisión dio a conocer una versión censurada de sus declaraciones, entre las cuales figuraba la de que los investigadores que trabajaban en el Proyecto Simpático "están "tratando de analizar los programas de acción cívica del ejército local y su efecto en la actitud del pueblo". Los resultados proporcionarían una guía sobre el efecto y el valor de los distintos tipos de actividades en el campo de la acción cívica y aportarían "un fundamento mejor para las decisiones del ejército, programas de ayuda militar y consejeros de misión".
El cable recordaba que los programas como Camelot y Simpático se encontraban a cargo de la Oficina de Investigación de Operaciones Especiales (SORO) "que invierte aproximadamente 1.700.000 dólares por año para conocer cómo reacciona el pueblo ante distintos incentivos". Hawkins, por su parte, había revelado que se encontraban en desarrollo otros programas, entre los cuales figuraba el "Proyecto Numismático", al que describía como el "análisis de los factores tácticos y estratégicos fundamentales de muchas operaciones militares contra la insurgencia", el que estaba en curso en "países escogidos"; y el "Proyecto Reasentimiento", programa preparado para el Perú, que en esos momentos se hallaba aplazado a pedido de su gobierno, y que estaba destinado a reunir materiales que sirvieran de ayuda al ejército norteamericano "para aconsejar y ayudar a las fuerzas militares locales que participan en distintos tipos de programas de colonización agrícola en todo el mundo".
Que esa clase de investigaciones revestiría implícita y/o explícitamente las características de lo que vulgarmente se conoce como espionaje o contraespionaje, fuen en su oportunidad denunciado por eminentes sociólogos no menos que por altos funcionarios de los países afectados, legisladores, partidos políticos de todos los matices, así como por universitarios de toda clase de disciplinas y por el periodismo, según lo veremos en el curso de este trabajo. Nos abstenemos, pues, por ahora, de emitir opiniones, que serían redundantes frente al valioso testimonio de esas fuentes.
Lo que, en cambio, no podemos dejar de mencionar, es la evidente relación que existe entre esas investigaciones y los esfuerzos que en prácticamente todos los campos de la actividad humana desarrollan organismos gubernamentales, semioficiales, paramilitares, castrenses y privados de los Estados Unidos, orientados todos ellos al mismo propósito imperial de prevalecer, dominar, influenciar y, en una palabra, sujetar los resortes vitales de todos y cada uno de los países de Hispanoamérica, adoptando para ese objetivo las medidas de precaución y prevención que tornen en la práctica imposible la reedición de movimientos libertarios, insurgentes o, para emplear el término grato a los políticos y militares norteamericanos, "subversivos", del tipo representado ya clásicamente por la Revolución Cubana.
Las faenas de la CIA
No importa que esos movimientos de liberación no ostenten la bandera comunista. Tanto da que sean izquierdistas, como centroizquierdistas, como centristas o nacionalistas. Desde el momento que la pauta está dada sobre intenciones de emancipación nacional y que el signo o el acento recaen sobre objetivos de liberación económica, política y social, que inevitablemente será de entraña antiimperialista, la condena, la oposición y el combate por parte de los poderes oficiales y oficiosos de los Estados Unidos sobrevendrán como consecuencia.
La primera demostración cabal fue proporcionada en el caso del experimento democrático-burgués de los gobiernos de Juan José Arévalo y Jacobo Arbenz en Guatemala. Pese a que ese experimento sólo se proponía tímidas reformas y cambios, en extensión más que en profundidad, todas ellas dentro de las normas vigentes en derecho internacional, fue estimado como peligroso y nocivo, y como de raíz y signo comunista. Por lo tanto, los Estados Unidos se consideraron con derecho a impedir tan ominoso ejemplo, y mediante una operación montada y ejecutada por la Central Intelligence Agency -CIA- terminaron con él. [Detalles claves de esta operación pueden consultarse en "Guatemala: CIA´s Banana Revolt", capítulo 11, pp. 165/183 del libro The Invisible Government, por David Wise y Thomas B. Ross, Random House, New York, 1964. En cuanto al desarrollo y ejecución, consúltese la obra del autor El Guatemalazo. La primera guerra sucia, Editorial Iguazú, Buenos Aires, 1961].
Hubo antes y después de lo de Guatemala otras demostraciones del fervor con que los poderes políticos, económicos y militares de los Estados Unidos se descargaron contra distintas tentativas de liberación nacional. Como esfuerzos de este jaez se reiteran cada vez con mayor frecuencia y fuerza en todas partes del mundo subdesarrollado o colonial, la Unión estadounidense ha perfeccionado, debido a la asunción de la función de Gendarme Mayor del Mundo a partir de 1945, y llevado hasta sus últimas exquisiteces, las artes y métodos de la represión y prevención de tales explosiones. Excedería los límites de este trabajo reseñar cada una de esas demostraciones del poder imperial. Pero nos bastará mencionar la aventura de Bahía de Cochinos, Cuba, abril de 1961, y al papel fundamental que en ella le cupo a la ya mencionada - y malhadada - CIA; y finalmente, la que está fresca en la memoria de los lectores, es decir, la intervención abierta del ejército, la marina y la aviación norteamericana en la República Dominicana el 28 de abril de 1965, que fue justificada de muy distintas maneras en el curso de pocos días por el presidente Johnson, pero que respondió al único objetivo no confesado por éste: el de impedir que un pueblo en armas extirpara de una vez y para siempre el cáncer que le corroe las entrañas o sea la corrupta camarilla militar que lo aherroja, extirpación que hubiera constituido el paso inicial en el camino de su emancipación política, económica y social [Para conocer el mecanismo e intimidad de los sucesos de la Dominicana, sugerimos la lectura de ¡Aquí Santo Domingo! La tercera guerra sucia, Editorial Palestra, Buenos Aires, 1966, compilación de documentos efectuada por el autor, responsable igualmente de su extenso prólogo]. Esa intervención, posteriormente compartida con tropas procedentes de otros países del Continente, no ha terminado en momentos que escribimos estas líneas.
Los poderes del imperio, pues, son vastos, contundentes, y generalmente nada sutiles. Ni siquiera cabría hablar de habilidad o discreción en cuanto al modo en que se ejercen. Y es así que las impresiones digitales de la CIA aparecen con nitidez en la mayor parte de las "operaciones" en que se jugaron destinos de pueblos durante los últimos tres lustros, dejando chiquitas las otrora famosas hazañas del FBI, con el cual aparentemente compite, si hemos de creer, además de lo que relataron Wise y Ross y el New York Times en su serie reciente ["C.I.A.: Maker of Policy, or Tool?", serie de cinco notas publicadas los días 25 al 29 de 1966 en The New York Times, preparadas por un equipo integrado por los corresponsales Tom Wicker, John W. Finney, Max Frankel, E. W. Kenworthy y otros miembros del staff de ese diario], en las siguientes afirmaciones del periodista brasileño Newton Carlos ["Agentes de la CIA", artículo publicado en el diario Clarín, de Buenos Aires, el 31 de mayo de 1966], referidas la especie de psicosis muy difundida en Brasil, de que en cada esquina hay un agente de la CIA:
"Pero ¿será solamente psicosis? En conversación reservada con un periodista, el general Amaury Kruel, comandante del Segundo Ejército, con asiento en San Pablo, afirmó que existen en Brasil nada menos que treinta y seis mil agentes de la CIA. En ese total estarían incluidos, evidentemente, tanto los informantes como los subalternos. El general Kruel no bromeaba cuando hizo esa afirmación. De formación germánica, es conocido, precisamente, por ser poco amigo de bromas".
Una denuncia sobre el FBI
El colmo parece resultar la noticia, ampliamente difundida por el periodismo, según la cual se había descubierto que el teléfono del presidente del Perú estaba intervenido y las conversaciones mantenidas a través de él grabadas en favor de una "potencia extranjera".
Quizás porque ya estamos curados de espanto en materia de lances a lo James Bond, no nos sorprende demasiado el siguiente pedido de información, formulado por los diputados nacionales Jorge W. Ferreyra y Héctor Gómez Machado, del bloque del MID y por lo tanto insospechables como enemigos de los Estados Unidos [Diario de Sesiones, Cámara de Diputados, Buenos Aires, 1 de Diciembre de 1965]:
"La H. Cámara de Diputados de la Nación,
"Resuelve:
"Dirigirse al P.E. nacional a fin de que, por intermedio de los señores ministros del Interior y de Relaciones Exteriores y Culto se sirvan informar, personalmente, acerca de los siguientes puntos:
"1. Si es exacto que el FBI (Oficina Federal de Investigaciones de los Estados Unidos mantiene una delegación en nuestro país y si es asimismo exacto que la misma funciona desde comienzos del corriente año.
"2. Si tiene conocimiento del las afirmaciones del New York Herald Tribune en el sentido de que al FBI se le habrían encargado funciones de 'información' en América latina, en competencia con la Agencia Central de Inteligencia, afirmación desmentida posteriormente por el propio FBI y por la Casa Blanca.
"3. Si la instalación de la delegación del FBI, en nuestro país fue informada a nuestro gobierno y consentida por él, y en todo caso, de quién partió la iniciativa.
"4. Cuáles son las funciones que cumple el 'puesto' del FBI en la Argentina y cuáles son las relaciones que mantiene con los servicios de información locales.
"5. ¿Cuánto personal mantiene esa delegación y cuál es el margen consentido a su actividad por el gobierno argentino?
"6. Si el gobierno argentino considera que el FBI es un organismo policial específicamente norteamericano, o admite que tenga jurisdicción sobre otras naciones del Continente y, entre ellas, la nuestra.
"7. Si el P. E. conoce las declaraciones del señor Hoover en el sentido de que las delegaciones del FBI tienen por objeto 'canjear informaciones con las fuerzas policiales de esos países sobre asuntos relativos a la aplicación del cumplimiento de las leyes internas por el Bureau'.
"8. En qué consisten esas informaciones, si son las mismas que maneja Interpol y cuáles son las mencionadas 'leyes internas' cuyo cumplimiento compete al FBI.
"9. Si el P. E. tuvo conocimiento en su oportunidad del hecho, recientemente revelado por el director ddel FBI, señor J. Edgar Hoover, en el sentido de que esa organización había enviado a la República Dominicana, al iniciarse la lucha civil que culminó con la intervención unilateral norteamericana, 'no menos de dos docenas de agentes', 'por cuanto al gobierno de los Estados Unidos le preocupaba una posible toma del poder por elementos de izquierda o comunistas en dicho país' [A ese envío de agentes del F.B.I. a la Dominicana se refirió farsescamente en artículo famoso el humorista norteamericano Art Buchwald. Léase texto en ¡Aquí, Santo Domingo! ... etc., 0p. cit., p. 210].
"10. Qué actitud adoptó el P. E. con respecto a esta intromisión de la policía norteamericana en los asuntos internos de la República Dominicana, qué tratamiento tuvo el problema en el seno de la OEA y qué posición sostuvo la delegación argentina.
"11. Si la actuación de la política norteamericana en nuestro país tiene alguna relación con las ideas sostenidas por nuestra Cancillería con respecto a la guerra contrarrevolucionaria o con respecto a la necesidad de crear una fuerza armada continental.
"12. Si el P. E. no considera que la declinación de funciones por el Estado nacional, y el consentimiento para que organizaciones policíacas extranjeras se establezcan en nuestro territorio y realicen tareas de 'información', no afecta la soberanía argentina ni constituye una expresión ruda de satelismo y vasallaje."
Aunque el texto precedente es de por sí suficientemente ilustrativo, juzgamos no supérfluo insertar a continuación los fundamentos de ese pedido de los legisladores:
"Señor presidente:
"La polémica desatada en los Estados Unidos, acerca de si el presidente Johnson habría acordado o no funciones de 'inteligencia' en América latina al FBI, en competencia con la CIA, ha tenido una sorprendente derivación.
"En efecto, los diarios del 26 de octubre reproducen declaraciones del señor Edgar Hoover, director del Federal Bureau of Investigations, en el sentido de que ese organismo mantiene en la Argentina un 'puesto de enlace', inaugurado a comienzos del corriente año, cuando se cerró una oficina del FBI en Madrid.
"La gravedad del episodio es indisimulable. El P. E. debe informar a la brevedad en qué condiciones se ha instalado esa oficina del FBI, cuáles son las funciones que realmente cumple y qué jurisdicción se le asigna. Por lo pronto, y a través de manifestaciones del mismo Hoover, ha trascendido que el FBI envió a la República Dominicana, con motivo de la guerra civil, 'no menos de dos docenas de agentes', 'por cuanto al gobierno norteamericano le preocupaba una posible toma del poder por elementos de izquierda o comunistas en dicho país'. Es decir que, en un caso concreto, por lo menos, el FBI ha cumplido tareas de información y/o de acción política, y lo ha hecho a través del avasallamiento de la soberanía de un país latinoamericano.
"Si se sitúa el episodio en el contexto que brinda la campaña de agitación macartista que viene desarrollándose en nuestro país y el intento de crear una gendarmería continental titulada fuerza multilateral, se apreciará la necesidad de debatir en la H. Cámara todos estos intentos de disminuir o lesionar nuestra soberanía, con la presencia de los señores ministros del Interior y de Relaciones Exteriores y Culto."
Un organismo sospechado: el Cuerpo de Paz
Hemos hecho referencia a organismos oficiales de los Estados Unidos que han sido concretamente acusados de intervención en países de Hispanoamérica. Hay, por supuesto, otros, cuya actuación no se hace perceptible sino de una manera indirecta, aunque no por ello menos eficiente. Así, es harto conocida la actuación de la Sociedad Interamericana de Prensa - SIP - en favor de los intereses del imperio, aun cuando - o quizás por eso mismo - buena parte de sus adherentes sean publicaciones que aparecen en los países ubicados al sur del río Bravo.
Lo que ocurre en el campo periodístico se da prácticamente en casi todos los restantes órdenes de las actividades humanas: economía, finanzas, cultura, educación, industria, gremialismo, todas son campo fértil para para la lenta pero persistente labor de penetración imperial. Todos son, a su modo y manera organismos de carácter local, nacional y regional. Las pomposas denominaciones no logran, empero, disfrazar la esencia de sus actividades y de su misión.
Pero hay otro tipo de organismos, de formas y carácter francos y abiertos, donde todo aparece a plena luz y las fachadas parecen responder por completo a lo que el edificio cobija. Tal sería, por ejemplo, el afamado Peace Corps o Cuerpo de Paz de los Estados Unidos, que el 1 (primero) de marzo de 1966 cumplió su quinto año de existencia, con la característica de ser, según señalaron sus sostenedores, "la organización de su tipo más copiada en el mundo".
Su nuevo director, Jock Hood Vaughn, reemplazante desde principios de año de Sargent Shriver y responsable, junto con McGeorge Bundy, Thomas Mann y William Tapley Bennet Jr. de la decisión de Johnson de enviar tropas a la República Dominicana el 28 de abril de 1965, anunció un plan para los próximos cinco años en el mismo lugar de la Universidad de Michigan donde el extinto presidente John F. Kennedy, hace un lustro, hizo pública la puesta en funcionamiento del cuerpo. Vaughn reveló que desde su origen, el Cuerpo de Paz ha enviado a más de 18.000 norteamericanos a servir como voluntarios en cuarenta y seis naciones, y expresó su esperanza de que en el próximo lustro ingresen al servicio unos cien mil voluntarios más, para ser destinados a servir incluso en países del área socialista en Europa Oriental que lo solicitaran.
Tan optimistas perspectivas se esbozaban en momentos en que un miembro de la asamblea de Nigeria denunciaba ["Cinco años cumplen los Cuerpos de Paz", cable de UPI, 28 de febrero de 1966, publicado en El Tiempo, Bogotá, el primero de marzo de 1966] que miembros del cuerpo "tomaban fotografías de mujeres desnudas bañándose en nuestros ríos, así como otras escenas por el estilo, para hacer mala publicidad al sistema de vida de Nigeria"; y después de que el recientemente derrocado presidente de Ghana, Kwame Nkrumah acusara al mismo cuerpo de estar a las órdenes de la CIA, organismo que según él había promovido su derrocamiento. La agencia soviética Tass, al hacerse eco de esta acusación, sostuvo por su parte que "la mayoría de los miembros del Cuerpo de Paz son agentes de la CIA o al menos trabajan para ella", y previno a las jóvenes africanas contra "los seudoamigos occidentales y la penetración de la ideología neocolonialista en la cultura africana".
¿Qué hay de verdad en esa y otras acusaciones de cariz semejante? ¿Qué se propone el Cuerpo de Paz? ¿Cuál es su naturaleza y sentido? ¿Es útil a los pueblos en donde actúan sus funcionarios?
Preguntas son éstas que nos proponemos contestar con el apoyo de la muy escasa documentación existente al respecto, tomando como punto de partida a famoso viaje de Richard Nixon, vicepresidente de los Estados Unidos. a Uruguay, Argentina, Bolivia, Perú y Venezuela, a fines de abril y primera quincena de mayo de 1958.
Como se recordará, después de ser rebatido y denunciado en los debates que mantuvo con estudiantes en Montevideo y Buenos Aires, Nixon cometió la torpeza y la bravuconería de provocar a los estudiantes peruanos, los que retribuyeron la provocación con escupitajos y pedradas. El mismo espectáculo, con características agravadas, se repitió en Caracas, hasta el punto de disponer el presidente Eisenhower que tropas paracaidistas y marines se aprestaran a viajar a Venezuela, no está bien aclarado si para salvar a Nixon o para amedrentar a los caraqueños.
La amenaza no pasó de allí, pero la repercusión mundial de los sucesos fue inmensa, y naturalmente en los Estados Unidos. En este último país la opinión pública, tradicionalmente distorsionada por los medios de comunicaciones masivas que han hecho del pueblo norteamericano el peor informado de la tierra, se sintió sacudida por lo mismo que no acertaban a comprender la razón de tal explosión de rencor y odio. No era tan sólo que se hubiera insultado a la Nación en la persona del segundo de sus mandatarios. Era que del insulto y la agresión habían participado miles de ciudadanos, a pesar de la custodia policial, y que, aunque oscuramente, intuían que con ello toda Hispanoamérica había querido mostrar sus reales sentimientos hacia el país en quien volcaban sus justificados resentimientos y frustraciones".
3 comentarios:
http://www.fbi.gov/news/stories/2011/november/counterintelligence_110411/counterintelligence_110411?utm_campaign=email-Immediate&utm_medium=email&utm_source=fbi-top-stories&utm_content=44244
FBI Counterintelligence National Strategy
A Blueprint for Protecting U.S. Secrets
http://www.youtube.com/watch?v=lfH3NxrY_aM&feature=fvwrel
CIA Drug Ops Conspiracy-Unaired Documentary-Full Length
http://www.psychologytoday.com/blog/the-media-zone/201105/how-hollywood-has-washington-become
How "Hollywood" Has Washington Become?
Who sets policy for assassinations ops, the CIA or MGM?
Published on May 3, 2011 by Stuart Fischoff, Ph.D. in The Media Zone
Publicar un comentario