La escena del milagro en "María y los niños pobres" (2010) contextualizada en la historia del estilo cinematográfico remite, entre otros filmes, a "Viaggio en Italia" (1953/1954) dirigida por Roberto Rossellini. Las intenciones de cada director quedan en evidencia cuando las imágenes de ambas películas entran en diálogo. A nivel temático, donde para Rossellini el milagro es la supervivencia del sentimiento frente a la racionalidad, para Leonidas Zegarra el milagro es el sentimiento mismo, intenso y desbocado, puro e iluso, como el de los niños. "Catherine", el personaje de Ingrid Bergman, dice que "los niños son felices" frente a las afirmaciones de su esposo, quien dice ante la religiosidad católica italiana "¿cómo pueden creer en eso? ¡son como un montón de niños!". En la película de Leonidas Zegarra la crítica racional está descartada, por tanto, ambos personajes, la pareja de esposos, está ausente, pero los demás elementos de la religiosidad popular, que Rossellini muestra manteniendo la distancia del punto de vista en planos medios o generales, en un exterior, Leonidas Zegarra los muestra con gestualidad semejante pero en esteroides, exaltada, incrementada, en primeros planos de rostros, manos y grupos de creyentes, un espacio cerrado (el interior de un templo), y expresiones vocales también en primer plano sonoro, a diferencia de "Viaggio in Italia", donde los sonidos producidos por los instrumentos musicales que acompañan la procesión o las conversaciones de los personajes con creencias religiosas no anulan la claridad de la conversación de la pareja. El milagro en la película de Rossellini también implica sobrevivir al torrente emocional. En Leonidas Zegarra, el milagro es perderse en tal torrente y abrazar la irracionalidad emocional con todas las energías de que se dispone. Como es el ritual católico el representado, tienen que existir parecidos en las formas de conducta de los personajes con creencias religiosas, pero Leonidas Zegarra, pese a las características señaladas, tampoco descarta el uso de planos generales tal como lo hace Rossellini. Solamente que, en "Viaggio in Italia", es la interacción de la pareja la privilegiada con los puntos de vista más cercanos (primeros planos), mientras que en "María y los niños pobres" el personaje privilegiado es el colectivo, la unidad de creyentes, que se turnan para particularizar la creencia general, la identidad emocional que los unifica. Tal vez para Rossellini, tal unidad únicamente parece darse por medio de la pareja, en lucha con el propio intelecto. Este no es un problema que inquiete a Leonidas Zegarra, para él emoción irracional arrastra todo su entorno y le permite experimentar su unidad con los demás, hasta el punto íntimo en el cual los considera sus semejantes.
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